¿son aptos para todo el mundo?
Ahora bien, estos deportes no pueden ser practicados por cualquier persona, ya que se necesitan unos requisitos técnicos y físicos y años de entrenamiento en una disciplina. Además de fuerza, resistencia y destreza. Villanueva recalca la peligrosidad de estas actividades incluso cumpliendo con estas aptitudes.
“Hoy sabemos que el gen OPRL1 regula el miedo y el estrés postraumático por lo que, científicamente podríamos explicar por qué unos individuos tienen mayor predisposición a la búsqueda de límites o parecen no aprender de episodios traumáticos previos, mientras que otros serían propensos a desarrollar enfermedades psiquiátricas por cualquier episodio traumático”, explica el experto.
Sin embargo, realizar estos ejercicios extremos es aún más arriesgado para aquellas personas que tienen sobrepeso, sufren una enfermedad del corazón o problemas físicos de columna, extremidades o con hipertensión, debido a la gran descarga de adrenalina y tensión a la que te expones al hacerlos.
Es por esto que cada variante de estos deportes viene guiada por profesionales que pueden aconsejar a los principiantes sobre la actividad que más se ajusta a las necesidades y condiciones físicas de cada uno, dando especial importancia a la edad. Esto se debe a que algunas especialidades que exigen control son casi exclusivas de gente muy joven.
Lo más frecuente entre las personas de edad media son los deportes de ultrarresistencia, como las carreras de ultrafondo, ultratrails, kilómetro vertical, triatlón, las travesías, ironman o ultraman, entre otros.
Los beneficios que reciben quienes se atreven a practicarlos “son de recompensa personal, hablamos de adrenalina, de elevación de neurotransmisores, de emoción al extremo, pero también de algo genético, probablemente de gente con un punto de locura o de brillo”, comenta Villanueva.
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